Un paseo por el Monumental de la calle Marconi

Sí, se lo que van a decir: únicamente escribe cuando el resultado del partido en cuestión favorece a su jugador fetiche (estamos hablando de Ferrari Sr., claro está). Falacias, calumnias. Escribo cuando siento que la situación da para hacerlo.

Antes que nada y como bien me lo hizo saber Calvo, quiero remarcar la notable remontada del sábado pasado al partido que voy a comentar. El equipo del susodicho perdía por ocho goles y lo remontó a base de huevo y talento. Greg Austin se acordó de jugar y fue imparable. Así que mis congratulaciones al equipo vencedor: Calvo, los hermanitos Ferrari, Alfonso y Ricardo.

Retomemos (como lo estoy haciendo con mi duodécima copita de Legui) ¿Por qué en esta oportunidad, viejo loco y enfermo?, se preguntarán las hordas de detractores a los que acostumbro a cerrarles bien el tujes con mis comentarios. Les respondo: lo que pasó el sábado próximo pasado en el Monumental de Los Fresnos fue histórico. Nunca fue tan grande la diferencia entre dos equipos desde la instauración de la nueva era del Fútbol Sabatino. Nunca.

Podemos encontrar varios argumentos como para justificar la tremenda paliza que sufrió el equipo derrotado. Sin embargo, el más fuerte está relacionado con el armado del equipo que fue planificado unas cuantas horas antes.La cosa fue tramada desde las oscuras oficinas de una imprenta quilmeña. Reunión societaria para definir equipos y no perder tiempo eligiendo en la cancha (se ve que tienen mucho laburo…). No voy a dar nombres. Pongamos que Dalmasio y Gerardo se juntaron a delinear los equipos y sacar provecho de la situación. No esperaban un micrófono estratégicamente colocado en el mate de la imprenta. Transcribo el diálogo:
D: ya está, tengo los equipos. Hoy nos vamos ganadores Gio…digo Gerardo (error de transcripción)
G: a ver.... ¿Con qué valores me vas a poner a mí? Mirá que para jugar a mi lado hay que tener nivel (N de la R: si, nivel alto de alcohol en sangre)
D: vos y yo (parece un telo) y lo ponemos a Calvo que viene de remontarnos un partido increíble, el muy turro.
G: mirá, si jugó así con Alfonso, con nosotros la descose.
D: viene en levantada el pibe. No nos puede fallar. Pero, ¿a quién ponemos como “acompañantes”? (los caraduras se piensan que son figuras estelares)
G: fácil querido (canchereando). El hermanito de Fernando corre y juega. Coequiper ideal de Calvo. Ya tenemos la base. Cerramos el team con Alfonso que hace todo lo contario que el hermano de Calvo. Tampoco vamos a robar tanto, je je…
D: tenés razón. El toque que le vamos a pegar a estos perejiles, jejeje!!G: ya estoy viendo la cara de sufrimiento de Ferrari y las puteadas de Serrano. Va a ser inolvidable, jojojo (Qué boludos!!!)

Ese plan oscuro, esa treta vil y diabólica, pareció funcionar por un instante. Ese instante fueron los diez segundos anteriores al comienzo del partido cuando un temeroso Ricardo le espetó a Ferrari: “¿che, no hay mucho afano? Me parece que nos van a hacer el hoyo”. “Tranquilo Ricky, a estos chichipíos me los tomo con soda. Vos fumá” Y fue así, nomás. Ferrari estuvo iluminado durante todo el match. Pases precisos, gran cantidad de goles, defensa férrea y sólida. Hasta en el arco tuvo un par de atajadas interesantes… Serrano, intratable: de su zurda prodigiosa partió el mejor fútbol que se haya visto hace tiempo. Goles, tacos, caños; formaron un tándem con Ferrari más que interesante. A todo esto, el equipo colaboraba y cómo. Valado ordenado y criterioso. Volvió a ser aquel Valado que deslumbró a comienzos de año. Parado en defensa (muy firme) y yendo al ataque en la dosis justa: siempre que subió generó peligro. Más cuando veía la cara de desesperación de Alfonso al encontrarse sólo con cuatro rivales que definían de qué manera lo iban a ajusticiar.
Lo de Ricardo sigue siendo (y digo sigue siendo porque es uno de los más regulares del año) inobjetable: abajo una fiera, arriba una cuota de peligro permanente. Ni hablemos de su papel en el arco. Es casi imposible hacerle un gol, lo que causaba la ira del contrario que, cuando llegaba (poquito, poquito) se encontraba con la “muralla” quilmeña. Mattera no perdonaba. No le podemos pedir dinámica ni sutilezas. Pero como delantero es indiscutible. Parado en la zona derecha del ataque hizo estragos: pelota que le llegaba cerquita del arco, pelota que iba adentro. Fue importante para las contras, también.

En un momento del partido ocurrió lo que planificaron D y G pero al revés: pedían clemencia; decían basta. 14 (sí, catorce) goles de diferencia separaban la performance de un equipo devastador de la de un equipo devastado. En ese equipo maltrecho y deshilachado, todo era sombras, penurias. Sus “conductores” hacían vista en todo sentido: veían pasar la pelota y los rivales, como nunca antes había sucedido; Calvo fue el de la primera parte del partido anterior. Cuando se acordó de jugar era demasiado tarde. Guido fue el único que, más o menos, se salvó del incendio, aunque debería aminorar su marcha un poco y pensar un cachito más para evitar el “barulleo”.

Se que están esperando esta parte. El carneo de Alfonso es lo más solicitado de las críticas, pero esta vez tengo argumentos para defenderlo. El tipo puso, viejo. Fue uno de los pocos que, a pesar de sus limitaciones, pedía la bola, daba la cara e intentaba. Así le hirvió la sangre cuando, en uno de los tantos goles que le convirtió Ferrari, espetó un “Déjense de joder viejo!!! Pongan huevos la puta madre!!!”. La puteada no hizo efecto en absoluto.

El paseo se sostenía y se sostenía. La respuesta del equipo vencedor ante un descuento del rival, era otro gol. Cacheteaba las pálidas ilusiones de su enemigo con goles de factura épica: inolvidable sablazo de Ferrari al ángulo; zurdazo de Serrano al ángulo desde posición incómoda; doble gambeta de Ferrari entrando al área; triple pared Valado, Serrano, Ferrari (me emociono...) En síntesis, belleza…. Era evidente que, cansados del tiki tiki constante, del paseo desagradable que se estaban comiendo, nuestros “protagonistas” no se iban a bancar la sandanga así como así. El mentón de Serrano fue prueba irrefutable de la intolerancia y el no saber perder de estos dos energúmenos (igual, ya tendrían que estar acostumbrados porque, generalmente, la derrota es el resultado con el que cierran cada jornada del fútbol sabatino).

Desde esta humilde tribuna mis salutaciones al equipo vencedor.D y G: le pido disculpas a la señora del buffet. La siguen chupando

Nota: desde aquí quiero aclarar que la expresión chúpenla y/o derivados son creación exclusiva de Sir William Neim. Pienso realizar acciones legales contra el seleccionador argentino. Ya se su respuesta de antemano.

4 comentarios:

Unknown dijo...

ferrari, entre el comentario y su performance en el partido no se con cual quedarme, impecable la historia y su actuación, como hacia rato no veía ni leía.

Gabriel dijo...

Excelente el comentario de Sir. W.N., como siempre. Pero propongo juntar firmas para que la señora del buffet ponga aunque sea un pizarrón donde contar los goles de cada equipo. Por lo que pude ver el ratito que estuve presenciando el partido, había un equipo que hacía goles pero milagrosamente siempre mantenía la misma diferencia….

Diegol dijo...

Gómez, de nombres. Su denuncia es muy "Carrió"...

Gabriel dijo...

Muy “Carrió”??? Yo solo digo que el sistema claramente mafioso con el que operan los sábados a partir de las 16 responde a los grandes intereses fascistas que nos llevan en lo inmediato al caos, anarquía y a la hecatombe final con lo que los 7 jinetes del Apocalipsis nos castigaron por ser cómplices de este Régimen.