En la época actual es común escuchar quejas sobre el comportamiento de los jóvenes, incluso de los niños. Son atrevidos, contestan, se mofan y se ríen de los mayores; se asevera. El sábado pasado se pudo comprobar la veracidad de dichas afirmaciones en el verde césped de una canchita de fútbol.
En la primera foto de esta serie podemos apreciar la estirpe de gacela de un veterano jugador, calculador, a punto de impactar al balón. La serie continua con el balón marchando hacia su destino lejano, muy distante de los tres palos intencionados, y una cara de amargura y desilusión. Pero también se distingue la sonrisa pícara del imberbe marcador, sorna inaceptable hacia quien posee una evidente incapacidad deportiva fruto de su edad y estilo de vida (algunos dicen licenciosa, pero no somos nadie para juzgar a nuestros mayores).

1 comentario:
Muy bueno!!!
En mi defensa (soy el largo de la segunda foto) quiero aclarar que el caño no tuvo buen destino y que la crónica no marca que convertí tres tantos para la victoria final de mi equipo sobre el de Alfonso. Ustedes son dignos discípulos de Niembro...
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