Son incontables las acciones del poder político en relación al deporte. Recordemos el Mundial '78 (para "limpiar" la imagen de algo imposible de limpiar); el salvataje a Ra sin Club en el 99 perpetrado por seres de dudosa moral como Chacho Alvarez y Carlos "quincho loco" Ruckauf; la invención de la "Motonáutica" de Scioli para darle apoyo al innombrable, etcétera, etcétera.Lo que es dificil de creer, es que ese mismo poder político se meta en cuestiones tan simples y banales como un ordinario juego de pronósticos deportivos de un grupo de "amigos".
Aquejado por las pobres actuaciones y mirando el cruel descenso cada vez más cerca, Claudio Marcelo Alfonso (un abonado de este blog, no por una cuestión particular, sino porque siempre se manda de las suyas) recurrió a sus contactos en el municipio quilmeño: el "chabón de la peluquería", "el tipo de los repuestos", "el gordo del sauna" y "la mina de la quiniela". Todos esos sujetos de cuarta categoría posibilitaron un contacto con el más crápula de los ciudadanos quilmeños: el intendente Sergio "Tordo" Villordo.
Sin mediar preámbulo alguno, Alfonso fue directo a la cuestión: "Sergio, necesito puntos. Mi situación es apremiante. No pego un partido ni de casualidad. Lo que me salva es que atrás lo tengo a Diego que viene con más problemas que la defensa de Independiente. Pero Ariel y Gustavo me vienen siguiendo de cerca. No lo puedo soportar"
Y ahí nomás, Alfonso, cual derrota en el poker de un sábado nocturno, se largó a llorar como el niño de 42 años (para 43 dentro de poquito) que es. Villordo, conciente de que en sus manos tenía un problema pesado (recordemos la asidua concurrencia del protagonista a las "casas de masaje" de la zona, lo que lo hace el cliente potencial más importante de la zona sur) actuó en consecuencia.
Misteriosamente la casilla de mail de Diego, se borró.
A Gustavo comenzaron a pasarle cosas extrañas en las manos y en los ojos luego de haber concurrido a lo de Alfonso a degustar un asado. Cuando bebió el vino de la bodega "Finca Las Cholgas", notó que algo raro le estaba pasando...
A Gustavo comenzaron a pasarle cosas extrañas en las manos y en los ojos luego de haber concurrido a lo de Alfonso a degustar un asado. Cuando bebió el vino de la bodega "Finca Las Cholgas", notó que algo raro le estaba pasando...
Pero la peor parte se la llevó Calvo. Contento, luego de derrotar (por enésima vez) a Claudio Marcelo en el juego de cartas, comió una de las macitas que suele servir el anfitrón en su residencia de calle Olivieri. Fue lo peor que pudo haber hecho. Al cabo de poco tiempo empezó a gritar frases como "Ya tengo el poder" o "Por el poder de Grayskull" y se arrojó por las escaleras hasta la puerta para subirse a su bicicleta y espetar "Battle Cat, acabemos con Skelletor". Nadie supo más nada de Calvo hasta este momento.
Es por eso, querido participantes putísticos, que les recomiendo no acercarse a la "humanidad" de este nefasto ser. Tiene contactos importantes. Nos podemos dar cuenta fácilmente ya que en la foto se está fumando un caño del tamaño de una botella de agua mineral al lado del intendente.
TENGAN CUIDADO!!! - Topolino Riquelme
Foto Gentileza MAFPRO




